sábado, mayo 23, 2009

Valió la pena: Filosofía va

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/23/index.php?section=sociedad&article=036n1soc

La Jornada 23 mayo 2009

Por unanimidad, la dependencia y el Conaedu incorporan las humanidades en el plan educativo
“Rectifica” la SEP: filosofía sí es materia obligatoria en bachillerato

">Nunca se pretendió excluirla de la RIEMS; todo fue una confusión, asegura el subsecretario Miguel Székely
">Es un triunfo histórico que saca a esta disciplina de la marginación, dice el OFM

La SEP oficializó que filosofía, ética, lógica y estética son materias de carácter obligatorio para cualquier alumno que estudie bachillerato en el país y aclaró que “jamás se buscó su exclusión”">Foto Cristina Rodríguez
Gabriel León Zaragoza

La Secretaría de Educación Pública (SEP) y los integrantes del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu) aprobaron ayer, de forma unánime, la incorporación de las humanidades como campo disciplinario del sistema educativo del país, y en éstas incluyeron filosofía, ética, lógica y estética como materias obligatorias para los estudiantes que cursen el bachillerato.

La Subsecretaría de Educación Media Superior de la SEP precisó que las modificaciones entrarán en vigor a partir de su publicación –en unas semanas– en el Diario Oficial de la Federación (DOF), “pero desde ayer quedó adoptado como acuerdo y se suma como elemento totalmente modificado” en la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS).

Integrantes de la comunidad filosófica de México manifestaron que con lo aprobado durante la sesión de la Conaedu y una vez que se publique en el DOF quedan anulados los acuerdos mediante los cuales la SEP determinó la desaparición de las disciplinas filosóficas como obligatorias.
Al respecto, el subsecretario de Educación Media Superior de la SEP, Miguel Székely, aseguró en entrevista que no se pretendía eliminar la filosofía como disciplina obligatoria, sino que la SEP no fue lo suficientemente clara sobre el tema y “eso se prestó a una confusión”.

Detalló que en la sesión el Conaedu aprobó hacer explícito –en un anexo del acuerdo secretarial 442– que de ninguna manera se excluyeron las asignaturas de filosofía y disciplinas afines, debido a que eso nunca estuvo planteado en la reforma.

“Fue una interpretación que se tuvo en parte porque los acuerdos secretariales no fueron totalmente explícitos. Ni la filosofía ni ninguna otra materia se modifica con la reforma, que lo que establece es un conjunto de competencias y los perfiles de los egresados de la educación media superior.

“A juicio de la comunidad filosófica eso no era suficientemente explícito y por medio de esta adecuación en el anexo se hace explícita su inclusión, para que no se preste a confusión”, detalló.

Agregó que otra modificación fue al acuerdo secretarial 444 –en el que se mencionan los campos disciplinares–, donde se modifica el nombre del tercer campo para incluírsele el de Humanidades y Ciencias Sociales, “y al hacer mención a las disciplinas en ese campo se ha hecho explícito también la filosofía, la ética, la lógica y la estética”.

“Esto permite hacer explícita la importancia que ya se daba en la reforma a la filosofía, pero que a juicio de esa comunidad y del Observatorio (Filosófico de México) se prestaba a confusión.
“Dado que el tema de la reforma era fortalecer a las humanidades y todas las autoridades educativas fueron muy receptivas y por unanimidad se votó, ahora no se deja lugar a dudas de que no hubo exclusión y queda con una fortaleza mucho mayor que antes”, apuntó.

Propuesta de 12 acciones
Luego de saludar la “rectificación”, el Observatorio Filosófico de México (OFM) la calificó como triunfo “histórico”, en cuya lucha, por primera vez y “como nunca había ocurrido” se reunieron todas las asociaciones y profesores de filosofía, así como destacados integrantes de la comunidad científica, en defensa de una causa común.

Se trata de un precedente y del inicio de una nueva etapa en que la filosofía rompe la marginación en que se le ha tenido durante muchos años, aseguró Gabriel Vargas Lozano, coordinador del organismo.

Informó que la subsecretaría les ofreció 12 acciones para fortalecer la educación filosófica del nivel bachillerato, entre las que se encuentran apoyar su difusión, realizar foros de discusión, elaborar guías y publicaciones para los docentes, así como establecer su perfil; impulsar programas de titulación, formación y diplomados especializados

jueves, mayo 14, 2009

Pensamiento crítico versus Competencias





Secretaría de Educación

SEDF

martes, 28 de abril de 2009
Dice Gabriel Vargas Lozano: “La eliminación de la filosofía en el bachillerato ha generado una enorme indignación...”


Axel Didriksson, Titular de la SEDF


La comunidad filosófica, científica y humanista está manifestando su rechazo a la propuesta de la SEP de desaparecer las asignaturas filosóficas (lógica, epistemología, ética, estética y filosofía mexicana) como obligatorias, tal como aparece en una melcocha de inspiración tecnocrática y que se propone como una reforma de contenidos de formación por competencias para el nivel de educación media superior.


Se trata de lo que se conoce como el Sistema Nacional de Bachillerato (SNB), que busca copiar (tropicalizar, dirían algunos) las reformas que se han emprendido sobre todo en la Unión Europea y se han expresado en el impulso a la movilidad de estudiantes y en la complementariedad de cursos y sistemas por la vía de mecanismos de homologación de créditos académicos.


Reproducir este esquema, valorado como válido en aquella comunidad multinacional, ya lo rechazaron instituciones enteras, redes, asociaciones e instituciones diversas de América Latina y el Caribe, en el sentido de lo inconveniente que resulta trasladar mecánicamente esquemas educativos a otros contextos.


Este SNB, como también le está pasando a la denominada Alianza para la Calidad de la Educación (ACE), está uniendo sólo posiciones en su contra. La UNAM así se ha manifestado, lo mismo que el Instituto de Educación Media Superior (IEMS) del Gobierno del Distrito Federal, pero tampoco se han conocido grandes demostraciones a su favor de parte de los restantes subsistemas de bachillerato.


La defensa que está realizando la comunidad filosófica, humanista y científica es a favor de un pensamiento crítico, complejo, interdisciplinario, pero sobre todo que recoja la identidad y el desarrollo que ha tenido la filosofía en el país, su enorme contribución cultural y, desde allí, está rechazando las formulitas que se proponen en el SNB y especialmente en la denominada Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEM), que también aparece como un remedo de la fracasada reforma de la educación secundaria, del sexenio anterior, denominada RIES y después RES.


Dice Gabriel Vargas Lozano, uno de las impulsores y firmantes del comunicado que va en contra de estas iniciativas: “La eliminación de la filosofía en el bachillerato ha generado una enorme indignación entre la comunidad filosófica nacional e internacional, porque la considera no sólo un grave atentado contra la cultura de nuestra país y contra las propias facultades de filosofía y letras, sino una clara expresión del tipo de país que quiere construir la derecha” (La Jornada, 25, abril).


Se está en contra, pues, del reduccionismo, de la definición de una educación y de una persona que se disuelve en estructuras formales y limitadas referidas al mundo del trabajo y a estándares e indicadores considerados como válidos para todo tiempo, institución y lugar, en abstracto.


Esto es incompatible con la grandeza del pensamiento filosófico y transdisciplinario. El formalismo excesivo, la rigidez de las definiciones y la idea de que la objetividad es absoluta, por encima de la creatividad, limita la formación de un pensamiento crítico y la construcción de nuevos conocimientos.


Ni idea se tiene de lo que defienden nuestros mejores pensadores. La derecha educativa no tiene temas novedosos, cree que se pueden reproducir modelos por la vía de estándares o copiar esquemas de una marca prefabricada. Craso error, de nuevo.


El formalismo excesivo, por encima de la creatividad, limita la formación de un pensamiento crítico.

sábado, mayo 02, 2009

La filosofía es vital para un pueblo





Nezahualcoyotl, filósofo y poeta.
Debemos preguntarnos todos los que pertenecemos a Dgeti, ¿por qué permitimos que quitaran Historia y Filosofía de la currícula del bachillerato? Sin embargo, el tema no está acabado, apenas comienza.
Aún hay tiempo para corregir este tremendo error.




La Jornada 2 de mayo del 2009
http://www.jornada.unam.mx/2009/05/02/index.php?section=opinion&article=020a1pol

¿Por qué la filosofía?
Enrique Dussel A.*

En todas las grandes culturas neolíticas, en Egipto, desde los textos de Menfis en el tercer milenio antes de la era común; en la China, desde el tercer milenio de dicha era con el I Chin; en el Indostán, desde el comienzo de la elaboración oral de los Upanishad; en Palestina, desde el siglo VIII adC, con los profetas de Israel; en Grecia, desde la misma época, aproximadamente, y en América, un milenio después, se fueron dando los cánones que organizaban la sabiduría de esos pueblos. Las comunidades urbanas realizaron una labor de síntesis de los principios que fundaban sus determinados modos de vida. Los que se dedicaban a esa labor de ordenar las interpretaciones más profundas de la existencia de esas comunidades altamente desarrolladas se denominaron amantes de la sabiduría (en griego filósofos, en azteca tlamatinime). Eran los que podían dar cuenta de forma ordenada y racionalizada de los diversos modos del saber, es decir, que relacionaban las observaciones astronómicas, descubrimientos matemáticos, etcétera, con las experiencias agrícolas, los saberes medicinales y con los recuerdos de las gestas de los pueblos.

De esta disciplina intelectual (entre los griegos denominada episteme, que podríamos traducir como saber estricto por argumentación) se fueron lentamente desprendiendo todas las hoy llamadas ciencias. La misma matemática era parte de la enseñanza filosófica en la Academia de Platón, en Atenas. La astronomía formaba parte de la física, que era una disciplina filosófica en el Liceo de Aristóteles. La escuela filosófica de Bagdad, desde el siglo IX, se ocupaba igualmente de la matemática, inventó los números arábigos, los logaritmos y la astronomía heliocéntrica, entre otros. Y fue por influencia árabe, por conducto de los traductores de Toledo, que la filosofía con base empírica aristotélica llegó a París en el siglo XIII, punto de partida de todo el desarrollo posterior europeo de las ciencias.

En épocas normales, donde el orden de un sistema civilizatorio funciona todavía adecuadamente, los momentos clásicos de las culturas, la filosofía ordena los saberes y permite crear el tejido intersticial de las ciencias, dando unidad a la cosmovisión correspondiente. Así funcionó durante más de 20 siglos la filosofía confuciana en China, que se ha regenerado con el neoconfucianismo que alienta en el presente el renacer aún económico del Oriente extremo (desde Singapur a Surcorea o China –ya que Mao Tse Tung, aunque marxista era en verdad un lector asiduo de Wang Yang-ming (1472-1529), el fundador del neoconfucianismo. En estos casos la filosofía es el fundamento de la educación del sistema.

Pero en épocas de crisis como la que experimentamos en el presente (no sólo en los países centrales del capitalismo por el colapso del dogmatismo neoliberal y el estancamiento de la producción industrial, sino igualmente por la crisis de los partidos políticos y el sistema representativo en todo el mundo) es necesario repensar todo el andamiaje científico, tecnológico y político, lo que exige tener capacidad crítica y vislumbrar el conjunto del proceso civilizatorio para inventar nuevos supuestos y alternativas. Para ello no bastan las ciencias de mediaciones, de los instrumentos de un sistema, sino las disciplinas que permiten repensar la totalidad de los medios y los fines, de su sentido último, para descubrir las contradicciones que han llevado a la sociedad en su conjunto a callejones sin salida.



Es entonces, en esos momentos límites, que la crítica de la totalidad es imprescindible y la filosofía es la única disciplina racional (que sabe pensar aún el fundamento de las ciencias) que puede encarar esa función crítico-creadora. La geometría desarrolla en un espacio abstracto y vacío sus axiomas y desarrollos posteriores, pero la filosofía puede pensar lo que dicho espacio es, condición que posibilita la geometría. La matemática se ocupa de la cantidad, de los números, pero no puede definir lo que son la cantidad y el número: los usa, pero no puede describir su contenido último. Los sistemas de salud, la medicina, suponen la definición de la enfermedad (que es muy diversa en cada cultura y evoluciona históricamente), pero no pueden tratarla como su objeto, sino que la suponen implícitamente. Y así en todos los sistemas científicos, sociales, políticos o económicos.


La economía de mercado supone la existencia del mercado –concepto que, en primer lugar, introdujo en la argumentación moderna un filósofo: Adam Smith (1723-1790)– y su definición exige la intervención del filósofo. Recuérdese que el mercado fue incluido como un momento de una argumentación ética y fue la propuesta de B. de Mandeville (1670-1733) para solucionar la contradicción de la existencia de vicios privados (como el propio interés) que se transformaban en virtudes públicas (la producción de riqueza social por parte del egoísta).


En toda crisis la práctica de la filosofía integrada a grupos interdisciplinarios es esencial ya que permite pensar los supuestos de un sistema económico, político, pedagógico, etcétera, para crear en cada campo las condiciones innovadoras de alternativas no sospechadas.


Por ello es lamentable que un país en crisis como México elimine de la enseñanza media superior el aprendizaje filosófico, lo que supondría dotar al alumno de recursos teóricos que sólo le permitan repetir lo que se supone que el mercado en crisis requiere y no, principalmente, para descubrir innovaciones creativas en otros aspectos o sistemas inéditos, pero posibles para una mente adiestrada, no en la mera repetición mimética, sino en saber pensar lo inédito. Más que nunca se necesitan espíritus creadores y no meramente repetitivos de caminos trillados que llevan al despeñadero.


Además, la corrupción generalizada de la sociedad, en la economía (¡hasta los banqueros roban!), en la política (los representantes piensan en sus ventajas y no en la de sus representados), en la religión (los sacerdotes son pederastas o corruptores de menores), etcétera, nos habla de la necesidad de que la población pueda meditar en algún momento de su etapa educativa sobre la ética, sobre la responsabilidad del cumplimiento de principios que hagan la vida humana digna de ser vivida. Y es solamente en las clases de ética, impartidas por filósofos en la preparatoria, que se pueden estudiar esas cuestiones cruciales para la existencia humana.


Por todo ello nos parece del todo injustificado, irracional y propio de personas no sensibles a las dificultades que sufre nuestra sociedad, el haber pensado siquiera eliminar las disciplinas filosóficas de la enseñanza media superior. Se formarían profesionales aptos para apretar botones de máquinas que no podrían desmontar ni inventar para que fueran las adecuadas para una sociedad más equitativa. Serían autómatas al servicio del mejor postor sin ninguna conciencia crítica, ni creadora ni ética. Lo peor que le puede acontecer a un pueblo es formar a sus profesionistas como simples ejecutores de órdenes venidas de los países hegemónicos, que siempre intentan transferir hacia el centro las riquezas de las neocolonias que se dejan explotar. Es evidente que esos planes de estudios (la reforma de la enseñanza media superior) han sido ideadas por los países más desarrollados y dominadores, que nos venden esos planes como los más avanzados, siendo, en verdad, proyectos que nos desarman teóricamente e impiden detectar los mecanismos de la indicada transferencia de riqueza.


Eliminar las disciplinas filosóficas de la enseñanza media superior es traicionar irresponsablemente la posibilidad de tomar conciencia de los fundamentos de la autodeterminación crítica y ética de la tecnología, la economía y la política del país.