martes, noviembre 27, 2007

Educación basada en competencias


Como siempre, nuestro país va a la zaga en la educación, una vez más copiando modelos importados, diseñados por los países hegemónicos, fuera de nuestro contexto, nada más porque son los de moda, son los de novedad, o porque son impuestos por los bancos mundiales sentados juntito al escritorio presionando, corrompiendo, imponiendo, amenazando, condicionando. Y así se va forzando a desarrollar una reforma de planes y programas de estudio en DGETI desde el modelo de la educación basada en competencias (EBC), no importa cómo, sin capacitar a los docentes, simplemente llamándolos como maquiladores de programas de estudio, sin una capacitación verdaderamenmte profesional, ni siquiera con una introducción respetuosa , compartida, respecto al trabajo que va a desarrollarse. No, simplemente, siéntense ahí y legitimen el cambio, pónganse a llenar estos formularios y buenamente se los explicaremos como se pueda. Cualquier crítica no será tomada en cuenta, porque los grandes sabios burócratas ya han tomado las decisiones y al profesor sólo le queda obedecer las instrucciones de las autoridades. Así es como, en términos generales, se está llevando a cabo en la DGETI, el cambio de planes y programas ahora basada en competencias.


Qué son, de dónde vienen, hacia a dónde nos llevan, cuáles son sus bases filosóficas. Quién sabe, eso qué importa, ustedes instálense y llenen sus formatos por que las polìticas de la subsecretaria son indiscutibles.


El docente es minusvalorado, se le tiene miedo a una verdadera participación desde abajo que les agite las aguas, las autoridades juzgan desde el cliché: el profesor de dgeti es apático, flojo y grillo. Llenen sus formatos y repitan hasta el cansancio conceptos que no entienden, que no saben de donde vienen ni a dónde van. Pero eso sí, ahora podrán lucirse repitiendo lo de su portafolio de evidencias, evaluación basada en competencias y otros términos de la nueva jerga que el profesor debe aceptar y repetir sin chistar. No importa que se corra el riesgo de que desaparezcan los programas de estudio y sean sustituidos por guías didácticas, no importa que las escuelas ya no sean escuelas sino unidades administrativas, no importa que las susodichas competencias queden sólo en un nivel operativo taylorista, no importa que con saña se elimine la teoría, el análisis, la reflexiòn , la especulación, porque -dicen ellos- a poco cuando vas a buscar trabajo te preguntan que teorías sabes.


El pobre concepto que manejan las autoridades respecto a competencias cuchas, mochas , no integrales, no académicas, incompletas, behavioristas, que limitan al bachiller técnico a ser un aprieta botones, sin pensamiento crítico, reflexivo, anaílitico, porque quién te va a preguntar eso cuando vayas a pedir trabajo, argumentan también -si es que eso es un argumento- que además eso no se puede medir y ahora todo debe ser medible y demostrable.


Y así vamos llenando un portafolio de evidencias con desgano, apatía, recelo, además de convertir a escuelas que son bachilleratos técnicos en meras escuelas de capacitación.


Es deseable, necesario y urgente que haya reformas en los planes y programas de estudio, pero ¿podrían desarrollarse de otra forma?

Seré utópico: a los docentes se les capacita previamente, se les informa cuál es la ruta y el plan a seguir, cuáles son los fundamentos de los cambios, se abren talleres de discusión, análisis y creación de competencias en la educación, se montan mesas redondas y simposiums en donde haya la oportunidad de intercambiar experiencias con otras reformas de este tipo, se regresa a los planteles para trabajar por consenso en academias respecto a los límites y alcances de la propuesta.


Seguiremos documentando algunos datos respecto a esta reforma para una educación basada en competencias.

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